lunes, 21 de diciembre de 2009
Óleo
Al escuchar esto le tomé por un loco y le propuse que me dejara terminar el cuadro. Se apartó mientras decía: el sentido común, es el menos común. Por él y por el lugar, su nombre tenía que ser François. No había duda.
Llegaron ambos a mi altura y le saludé con una sonrisa. Sin decir nada, echó un ojo al oleo y ni corto ni perezoso abrió mi bolsa y miró dentro como de costumbre para buscar al bicho. Revolvió todo cuanto pudo y se levantó ilusionado.
-Nada.
-Nada de nuevo, si lo hubiera visto se lo habría dicho, ya lo sabe.¿Está feliz hoy?Parece contento.
-Es que, ¿sabe qué creo? ¡Que el bicho ha llegado tan arriba que ya no puede bajar y ahora solo sabe subir!
Y entonces miré el cuadro y seguramente entendí todo.
lunes, 14 de diciembre de 2009
20
jueves, 26 de noviembre de 2009
Durmiendo con otra
miércoles, 18 de noviembre de 2009
Conversación con Minerva
viernes, 13 de noviembre de 2009
sábado, 7 de noviembre de 2009
Las cosas claras
El otro día estuve hablando con un viejo amigo. No hablamos muy a menudo porque es mi ex, y no le aguanto mucho tiempo seguido, pero de vez en cuando me hace ilusión saber de él. (Hace un tiempo aparecía en una entrada y le ponía un poco a parir, pero hoy estoy de bueno humor). Me contó que está jodido además de solo, que tiene problemas personales, su novia no le da amor, y sus amigos no son sus amigos. Este chico pasó de ser mi novio a mi hermano pequeño al que nunca veía, y como tal, desde entonces le aconsejo sobre la vida y sus problemas (y eso que yo sé demasiado poco). Así que le dije que todos estamos solos, que seguramente el problema con su novia sería culpa de él mismo, ya que es un auténtico capullo, que nunca tuvo amigos, y que los problemas personales siempre hay riesgo de sufrirlos y no queda más que aguantar. Total, que además de amargarle la existencia y hacerle sentir un gilipollas integral, le saqué de sus casillas.
Se cabreó conmigo. Siempre le he puesto muy nervioso. Vamos, que él tampoco me aguanta mucho tiempo seguido. Yo, pensando que con eso no tenía ni para empezar, le dije que a veces me acordaba de cuando estaba con él y que no conseguía entender cómo pudimos estar juntos tanto tiempo con lo diferentes que éramos y lo inútil que podía llegar a ser a veces, claro, que todo esto de buen rollo. Él me contestó que precisamente porque éramos muy diferentes, y porque le gustaba mucho, y él a mi, y cosas bonitas. Y yo le dije que, o simplemente, porque no conocíamos nada más. También le dije que no había cambiado nada y que ese era su problema, a lo que me contestó que yo había cambiado demasiado y que le gustaba más antes. Desistiendo de seguir la conversación se despidió diciendo que ojalá consiguiera cambiar todo eso y pudiera cerrarme la boca.
Hoy he hablado de nuevo con él. Me ha dado las gracias por hacerle sentir tan estúpido y he sonreído al saberlo. Aun sé como llevarle. Hay personas que no entienden por qué se sigue apreciando a una persona después de pasar por determinadas cosas. Las personas no siempre nos entendemos en todos los aspectos. Creo que para enamorarse de alguien, esa persona ante todo tiene que ser un buen amigo, y además hay que saber separar la amistad del amor. Por eso me gusta que sigamos estando en contacto, porque me reconforta saber que no estuve del todo equivocada con él.
lunes, 2 de noviembre de 2009
El maestro
viernes, 30 de octubre de 2009
My little friend

jueves, 29 de octubre de 2009
viernes, 23 de octubre de 2009
La señora Clara
Ese día la conocí y nada más verla decidí que no la dejaría morir nunca. Me conquistó con su risa de ancianita feliz, y eso que si en una risa incluímos dientes, ella solo utilizaba media. Creo que yo también le gusté, pues nada más verme me guiñó un ojo y sin que nadie la viera sacó de su bolsillo un puñado de caramelos y me los metió en el bolso de la chaqueta. Pensé que esa debía de ser la causa de su dentadura incompleta. Estuve toda la tarde jugando con ella. A juzgar por su aspecto me doblaba infinitas veces la edad, pero era incluso mejor que estar con mi amiga Cora de mi misma edad. Me enseñó un montón de juegos de manos. También aprendí a jugar a las cartas, a las tabas y a lanzar la peonza. Me hice amiga de sus tres gatos sin nombre y de su pez, que tenía un nombre cada 5 segundos porque decía que así alguna vez acertaría, y seguramente a él no le iba a crear un problema de personalidad ya que cada 5 segundos su memoria se borraba. Me enseñó su casa. Era una casa antigua y poco recargada, pero muy acogedora, seguramente tuviendo algo que ver con la estancia de Clara. Me llamó la atención esta foto. Estaba tirada en la alfombra de los pies de la cama y no pude por menos que cogerla en un momento de despiste. ¿Ves? Esa misma sonrisa es la que me enseñó Clara nada más verla.
La tarde se me pasó volando y llegó la hora de irnos. Sin que nadie me viera saqué un bombón y se lo metí en el bolso, le guiñé un ojo y me fui al coche con mis padres. Entonces fue cuando les pregunté que de qué se moría y me sorprendió que tuviera problemas con el corazón. Se atiborraba a dulces, la glucosa por las nubes.
Pasaron dos días y la señora Clara dejó de respirar.
Seguimos siendo amigas. De vez en cuando aparece en mi cabeza y me repite al oído un par de frases que me recuerdan su vitalidad. También me da las gracias por el bombón, creo que quería morir de sobredosis. Hay personas que nunca se van, Mario, y la señora Clara es una de ellas.
miércoles, 21 de octubre de 2009
domingo, 18 de octubre de 2009
Man of a thousand faces
"He used to go to his favorite bookstores
And rip out his favorite pages
And stuff them into his breast pocket
And the moon to him was a stranger
Now he sits down at the table
Right next to the window
And begins his quiet ascension
Without anyone's sturdy instruction
To a place of no religion
Has found a path to our alikeness
And eats a small lump of sugar
And smiles at the moon like he knows her"
Regina Spektor_Man of a thousand faces
miércoles, 14 de octubre de 2009
Après Moi
"Teme a los pobres.
Heredarán tus piernas.
Teme a los viejos.
Heredarán vuestras almas.
Teme a los fríos.
Heredarán tu sangre.
Después de mí, que se las arreglen.
Después de mí, llega la riada.
Febrero. Saca tu pluma, derrama tus lágrimas.
Escribe sobre ello, que tu corazón solloce, canta,
mientras la nieve torrencial ruge,
fundida en la oscuridad de la primavera."
lunes, 12 de octubre de 2009
Planes (pre)meditados
¿Recuerdas la última vez que estuviste aquí? Te comenté el plan que tenía sin que lo hubiese premeditado. Me preguntaste si tú podrías hacer algo llegada la hora y te dije que no. Ahora creo que está empezando y pienso que estaba equivocada. A veces me doy asco analizando cada cosa, siempre he sido un poco psicópata, pero me da miedo darle tanta importancia a algo que es y a la vez no es. ¿Entiendes? ¿Tú lo haces a escondidas? ¿O no analizas, simplemente recibes lo que viene y aceptas? Te diría que no sé lo que tienes en la cabeza, pero ya te lo han dicho demasiadas veces.
Declaraciones sin importancia

lunes, 5 de octubre de 2009
And everybody hurts
Él también saltaba en los charcos cuando era un crío. Y su madre también le regañaba cuando llegaba a casa lleno de barro. Pero merecía la pena hacer volar todas esas gotas de agua estancadas. Seguro que estaban aburridas después de tanta adrenalina concentrada durante la caída. Se preguntaba si eso era que el cielo también llora. Llora, se cabrea, y ruge; y también gime. Y tiene días raros, y también espléndidos. Y brilla, y cuando está feliz lo delatan las nubes. Pero por qué, si va por libre. No tiene papás que le regañen, y no le gustan las niñas, y tampoco los niños. Ni queja de la comida, porque no come. Y duerme, claro, pero solo cuando le dejamos. Seguramente haya aprendido de nosotros, que lleva millones de años observándonos.
Claro que duele. A todo el mundo le duele de vez en cuando.
domingo, 4 de octubre de 2009
martes, 29 de septiembre de 2009
Lost!
lunes, 28 de septiembre de 2009
jueves, 24 de septiembre de 2009
Prefiero
Daniel Valdés
domingo, 20 de septiembre de 2009
¿Naturaleza injusta?
Con lo de "intento de enfermo mental" me refiero a los que se aprovechan de esta situación sin tener "ningún tipo de trastorno cerebral".
Claro, que a mi todo esto me da mucho asco y los mataría a todos.
sábado, 19 de septiembre de 2009
X
viernes, 18 de septiembre de 2009
Beso prófugo
miércoles, 9 de septiembre de 2009
Cyborg
-¿Y tú?
- ¿Yo? Le dije que no me gustan los cyborg.
domingo, 6 de septiembre de 2009
Psycho

" Es muy triste que una madre tenga que declarar contra su propio hijo. Pero no podía permitir que creyeran que el crimen lo cometí yo.
Ahora lo encerrarán, debí hacerlo yo misma hace años. Siempre fue malo... Intentar hacerles creer que yo había matado a aquellas muchachas y a ese hombre. Como si yo pudiera hacer algo mas que estar sentada y observar, como uno de sus pájaros disecados.
Ellos saben que ni siquiera puedo mover un dedo, y no lo haré. Me quedaré aquí sentada. No haré un solo movimiento. Sospecharían de mí. Probablemente me vigilan. Así se darán cuenta de la clase de persona que soy.
No voy a matarte, tranquilízate. Seguro que me están vigilando. Mejor, así dirán: "pero si no fue capaz ni de matar una mosca..." "
jueves, 3 de septiembre de 2009
Dismnesia(¿?)
Se trata de mi memoria. Es curioso, porque hoy he tenido un examen en el que nos pedían describir el tiempo de acceso de una memoria. Para que nos entendamos, el tiempo máximo que tarda una memoria en tener los datos estables recogidos en una dirección concreta. Bueno, en mi caso, el tiempo de acceso es infinito. Malditas matemáticas. Tengo una dirección de donde coger datos, pero muchas veces no soy capaz de seleccionarlos y relacionarlos.
Es algo que hoy en día me preocupa bastante aunque me pasa desde siempre. En una ocasión se lo comenté a mi madre y me dijo que si me acordara de todo, no querría decir nada más que eso. También me dijeron una vez que es porque pongo poco interés en las cosas.
Os voy a contar como creo que funciona mi cabeza:
Alguien me cuenta algo. Yo escucho, pienso, y me quedo con la idea. Distingo, guardo lo que pueda sacar de provecho en cuanto a mi formación y el resto podría decir que lo desecho a no ser que sea algo que me llame mucho la atención. Esa parte que desecho puedo guardarla también si utilizamos el aprendizaje por repetición.
El problema de esto es que tengo piezas sueltas. Personajes por aquí y sus historias por allá, y pocas veces sé relacionarlo.
Me refiero a:
-¿Quién escribió esta obra?
-No sé (o no me acuerdo, o lo dudo y me callo).
Pensaréis que eso le pasa a todo el mundo, pero no, me refiero a todo en general.
Esto influye en mi forma de socializarme con la gente. Mi timidez de entrada se debe principalmente a esto. Ya no por el qué pensaran, sino porque me cabrea este tema y si mantengo la boca cerrada no me aseguro el cabreo. Por otro lado, si la incapacidad de relacionar ciertas cosas la unimos a la falta de confianza en mi misma entonces eso ya es la hecatombe.
El caso es que, gente con la que me relaciono, tened paciencia y repetidme las cosas, que estoy en la época de querer saberlo todo, aunque sea a base de repetición.
Yo por mi parte haré lo propio y devoraré libros.
domingo, 30 de agosto de 2009
Resurgimiento de defunción
viernes, 28 de agosto de 2009
Ladrona de mentiras
El otro día hablando con mamá me quedé con una duda. Íbamos a empezar a comer y ella me preguntó si me había lavado las manos. Yo le dije que sí, aunque era evidente que era mentira, pero al ver que se quedaba conforme pues no me hizo falta levantarme de la mesa. Entonces pensé en qué era lo que importaba realmente, si me había lavado las manos, o si era verdad que me había lavado las manos.
Esta mañana fui a comprar el pan al quiosco de la esquina y me encontré con la vecina Lola. Creo que vive sola desde el año pasado, cuando su marido estiró la pata (a mi madre no le gusta que diga eso de estirar la pata, así que os pediría que no se lo contarais porque si no me quedo mañana sin merienda). La señora me preguntó por mi hermano pequeño, que llevaba unos días en cama con fiebre. Yo, como me aburría, decidí mentirle también a ella y le dije que estaba a punto de estirar la pata (es que me gusta mucho esa expresión). Entonces la señora se quedó un buen rato quieta mirándome como asustada. Yo no tenía mucho tiempo que perder porque se iba a enfriar la comida, así que compré el pan, y al volver a mirar a la señora Lola y ver que seguía en la misma posición, le pregunté si se encontraba bien, no fuera a ser que le estuviera dando un chungo. La mujer, simplemente me dijo que lo sentía, así que yo me lo tomé como un “sí, estoy bien” y me fui a casa con mi barra de pan.
Hace una hora mamá me despertó de la siesta con cara de malas pulgas. Apareció con mi hermano y me preguntó si realmente tenía pinta de irse al otro barrio. Yo al principio no entendí nada porque aun ni se me había quitado el traje de power-ranger rojo que llevaba en el sueño, pero después de frotarme los ojos un par de veces miré a Jorgito y dije que no, que tenía mejor cara que nunca. Luego, me ha dicho que hoy no meriendo.
Supongo que no debió de gustarle la idea de mentir a la señora Lola, aunque lo de las manos no pareció importarle…Yo no sé si la toman a una por tonta, o es que me quiere volver loca. Así que para quitarme de líos, decidí que para no aburrirme, en vez de generar mentiras, me dedicaría a robarlas.
miércoles, 26 de agosto de 2009
Ambicioso
En mayor o menor medida todos somos seres insaciables. Aunque solo sea por la curiosidad o el afán por tener algo nuevo constantemente, no solemos conformarnos con lo que tenemos. Lo cual no quiere decir que lo que tenemos, no lo queramos.
lunes, 24 de agosto de 2009
*
sábado, 22 de agosto de 2009
Fade out
domingo, 16 de agosto de 2009
Efervescente
miércoles, 12 de agosto de 2009
Obsesion
martes, 11 de agosto de 2009
Valiente

Nunca antes había visto algo semejante. El brillo en sus ojos era tal que mirarlos durante unos segundos me cegaba. Tenía que parar a descansar y frotármelos, y aun así seguía viendo esa luz fija que queda después de mirar al sol. Que daña la retina. Aunque no sé si en realidad queda permanente entre el ojo y el párpado, o es más bien cosa del cerebro. No creo que fuese consciente de esto, pues no le importaba clavarte una mirada de vez en cuando. Como si los ojos no fueran suyos y los hubiera pedido prestados, ningún cargo de conciencia. Yo admito que en un principio me asusté y dudé en preguntar. Pero al darle vueltas al asunto llegué a la conclusión de que cualquier persona tenía derecho a sacar eso fuera de su cuerpo. Había tanta energía dentro que acabaría por estallar en un agujero negro. Y yo no quería tampoco eso. Así que me arriesgué y fui decidida: “¿Oye, estás bien? Hoy te brillan los ojos de una manera increíble. Nunca había visto algo así”. Se limitó a sonreír y encogerse de hombros. Valiente, pensé. Entonces me asusté aun más. Le vi dentro de mi cabeza y sospeché que habría sido un plan para fisgonear aquí dentro. Y aunque odio que curioseen en mi cerebro, yo a veces me dejo. Nunca olvidaré cómo miraba.
lunes, 10 de agosto de 2009
El creador de sonrisas

Y corría por toda la ciudad, e iba de casa en casa. Escalaba hasta la habitación donde algún inconsciente soñaba y le dibujaba una sonrisa inmensa en la boca. Luego le dejaba una nota que decía: "Mañana puede que no venga", y entonces salía por el mismo sitio que había entrado preguntándose si alguna se borraría antes de que despertara.
El escondite
Estuvo varias horas en la misma postura y ya sentía cómo se le empezaban a engarrotar los músculos. Las piernas las notaba pesadas, aunque prácticamente ya ni sentía ni padecía. Y le hizo gracia pensar en que casi le estaban saliendo raíces. Pero poco duró ese sentimiento de diversión y en cambió comenzó a sentir lástima hacia los árboles. Sin más dilaciones, el bosque se “reordenó”. Habían estado toda la noche jugando al escondite, y el sol ya empezaba a asomar la cabeza por el Este, así que Carlos corrió a su casa pensando en una excusa que contarle a sus padres, ya que la vida real en el bosque, decidió guardársela para él solo.
sábado, 8 de agosto de 2009
Megalomanía
viernes, 7 de agosto de 2009
Sara y el duende de la canica verde
Después de todo este tiempo pensó que era hora de sacarlas de su escondite. Las arrojó al suelo y las contó varias veces por si faltaba alguna. Estaban todas. Las ordenó por colores, luego por tamaños, luego por colores y tamaños, y cuando ya no sabía qué más hacer con ellas se acordó de la canica verde. Allí estaba, era la más pequeñita de su color. La cogió para verla más de cerca y al descifrar lo que había dentro se le cortó la respiración. El pequeño duende del cuento le sonreía desde el interior de la canica y hacía señas como para llamar su atención. Al pasar unos segundos y asegurarse de que Sara atendía, el duende sacó de su bolso una foto de Alina cuando aun seguía viva. Se la enseñó a Sara durante unos pocos segundos y luego guardó la foto de nuevo y salió corriendo de la escena.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo. ¿Qué quería decir aquello?¿Había elegido ella el momento en que debería morir su abuela al escoger la canica? ¿Su abuela era el mismo duende y la había tenido encerrada en una caja durante tanto tiempo? Tenía que ser eso. No dudó en agarrar la canica y quedarse dormida en la alfombra. Quería ver qué nuevas historias tenía que contarle su abuela.
Caso Madeleine
Ayer llegué a casa y lo primero que me dijo mi hermana:
-Ten cuidado con la poli. Han sacado un retrato robot de una chica que puede tener datos importantes sobre Madeleine y es igual igual que tú.
¡Pues si me detienen seria una forma de pasar el verano!
martes, 4 de agosto de 2009
Busca lo más vital

Estoy en una etapa de rechazo a la humanidad. Suena así oscurote y dramático. Pero es que de verdad, a veces me pondría a matar y no pararía nunca. Y cuando digo nunca es nunca. Cada vez me gusta menos la gente. Cada vez me sorprenden menos gratamente. Y cada vez me llevo más decepciones. Aunque supongo que cuantos más años vives, más gente conoces, y te das cuenta de que de todos solo merecen la pena dos. Por otro lado siempre he tenido muy claro que no necesito a nadie. De hecho mi madre lleva todo el día diciéndome que me relacione con ellos, que parece que no soy de la familia. Pues a lo mejor no tenía que haber sido de la familia, no. A lo mejor tenía que haber sido como el niño de la selva y crecer entre monos, panteras y osos majosos que cantan “busca lo más vital, no más”.
martes, 28 de julio de 2009
*
1. Decirme que soy una de las personas más felices que el que me lo dijo conoce. Me gusta, porque tampoco es fácil serlo.
2. Que tengo mucha personalidad. Siempre he tenido miedo de no tenerla.
3. y último, que me acaban de decir: que parezco pequeñita pero soy más madura que nadie para algunas cosas
Y lo que más me gusta de todo es que vienen de gente que puedo decir que me conoce un poquito.
martes, 21 de julio de 2009
jueves, 16 de julio de 2009
viernes, 10 de julio de 2009
Portimao
Aquí estoy de nuevo después de pasar unos días por la zona del Algarve y Lisboa. Todavía recuerdo la primera vez que mis padres me llevaron a Portugal: "Para ir a Portugal me quedo en casa", y ahora cada vez que voy me sorprende.
¡Si por mi fuera me habría traído a un montón de gente abrazable de allí!
viernes, 26 de junio de 2009
*
Pero Peter, aun me queda un bono, y si aún no ha caducado, te pido que vuelvas.
´
martes, 23 de junio de 2009
Furia contenida
Mientras su hermana gritaba su nombre desde la otra punta de la casa, Dafne tocaba con furia rompiendo parte de las cerdas del arco hasta que explotó.
-Joder, ¡que me dejéis tocar!
Emprendió de nuevo ese concierto para violín que tanto le gustaba y siempre tocaba enfurecida. El único que necesitaba.
Al mismo tiempo que crecían los matices de la melodía, los llantos de su hermana en el piso de abajo eran más estridentes. Parecía estar alterada por la falta de afecto que le aportaba Dafne. Su madre, desesperada por el miedo de que su hija entrara en otro de esos ataques de ansiedad que le abordaban a menudo, intentaba sosegarla con palabras tranquilizadoras pero poco eficaces.
-Me tiene harta. Lleva sin hacerme caso los cuatro días…
No terminó de escuchar la frase que decía su hermana ya que estaba completamente agarrotada. Inconscientemente, agarraba el violín con fuerza. Seguían saltando cerdas y las cuerdas de metal le hacían surcos en los dedos de la mano izquierda.
-Hija, hazle un poco de caso a tu hermana.
-Que quieres, ¿que le lama el culo? Como siempre.
-¡Que te he dicho que no le digas nada!
-¿Quieres dejarlas en paz? No han madurado ni la una ni la otra. Vámonos y déjalas, que pareces tonta.
Dafne empuñó el arco de nuevo mientras escuchaba el ruido del portazo que resonó después de que sus padres cerraran la puerta de casa. Sabía lo que vendría ahora. Su hermana subió las escaleras.
-Hija de puta.
Vocalizó con odio, y mientras, la melodía se ahogaba.
miércoles, 17 de junio de 2009
Se llama Todd
Se llama Todd, y hoy ha dejado de estar conmigo.
Empezó todo por la mañana. Como siempre me desperté a las 9 am. Él ha dormido en el cabecero de mi cama desde que se vino a vivir a mi casa (exceptuando unos días que me hizo compañía en Salamanca). Muchas veces me despierta por las noches. No sé por qué es exactamente, yo creo que tiene miedo. O pesadillas y se despierta asustado. O simplemente quiere llamar mi atención y que le diga bobaditas (porque yo sé que eso le gusta). Sea como fuere, esta noche también me despertó, pero yo estaba cansada y le hablé desde la cama:
- Todd, déjame dormir, que me tengo que levantar pronto.
No contestó. No me pareció raro porque es bastante callado. Tuve buen ojo cuando fui a buscarlo, siempre pude hablar con él cuando quería, me escuchaba. O al menos, si no me escuchaba lo disimulaba bien. Me miraba fijamente con esos ojos saltones negros que tiene, como si me entendiera. Y yo le hablaba olvidándome de que después de 5 segundos él no se acordaría de nada. Ni de quien era yo. O sí. En realidad no lo sé. Tampoco me habló nunca de eso.
Me quedé de nuevo dormida. Todd no volvió a hacer el menor ruido en toda la noche, así que de no ser por el calor que hacía en casa, personalmente he dormido bastante bien.
Maldije mil veces el momento en el que me quedé dormida sin preocuparme por lo que le pasaba a Todd. Al acercarme a su rinconcito vi que no estaba. Me asomé, le di 3 vueltas a su casa, le llamé por su nombre, también Juan, Pepe, Manu y Mauricio, por si con Todd nunca se había sentido identificado y por eso nunca había hablado conmigo. Pero no, no era eso. Él era Todd y no estaba. Había ido a algún sitio. Lógico era, ya que vi unas marcas de agua con forma de aleta. Me recordaron a las migas de pan que dejaron Hansel y Gretel para volver a casa. Las seguí con cuidado y me dirigieron al servicio. Me esperé lo peor. Visualicé la noticia del periódico del día siguiente: “Todd, con menos de un año de edad, se suicida en la bañera”.
Por una parte fue un alivio ver que no llegaban a la bañera, sino al retrete. Yo ya había pasado por eso cuando murió Sweeney. Esta vez era distinto. Todd seguramente me despertara para despedirse de mí y decirme que quería salir de aquí, conocer peces grandes. Y yo, aunque me entristezca pensar en que ya no podré decirle bobadas y mirar sus ojos saltones, sé que es un pez listo y que no tendrá problemas para sobrevivir en ese inmenso mundo acuático. De todas formas, de vez en cuando repasaré el caminito que dejó cuando se fue, por si algún día decide volver.
domingo, 14 de junio de 2009
Trip to Heaven
-¿El siguiente?
¿Habíais escuchado algo sobre esto?
sábado, 13 de junio de 2009
miércoles, 10 de junio de 2009
Protège-moi
A veces me da miedo lo incómoda que puedo llegar a sentirme en mi propia casa.
domingo, 7 de junio de 2009
*
Visualizad la imagen. Por alguna razón que desconozco estaba con mis padres. Mi padre tenía un sobre sin abrir cuya procedencia también desconozco. Mi madre y yo no teníamos nada raro. Bien, os diría donde estábamos pero sólo sé que se llamaba París, era una callecita de París, aunque no creo que aquello lo fuera.
Vale, a partir de ahora empezó el movimiento.
Le digo a mi padre que abra el sobre. Mi padre obedece. Es una receta médica para un tal Ceporrillo (no me acuerdo del nombre real). Creo que junto a la receta médica venía una carta explicándonos la situación y nos pedía que encontrásemos a ese niño y le diéramos el medicamento. No sé muy bien por qué pero debíamos tener prisa, como si se fuera a morir de un momento a otro el chiquillo. Decidimos “separar” nuestros caminos. Lo pongo entre comillas porque yo estaba con uno o con otro según me convenía. Mi padre fue en busca de Ceporrillo. He de decir que casi era una misión imposible, pues en la carta solo ponía la vida que había tenido el pobre chico y su nombre. Y aquello era París. Bueno, esta vez yo iba con mi padre. Corríamos por las calles de París como si nos fuera la vida en ello y como si supiéramos nuestro destino. Que al parecer debimos saberlo, porque encontramos a Ceporrillo a la primera: llegamos a una callejuela oscura y estrecha, dos pequeñas luces amarillas la iluminaban. Caminaban dándonos la espalda un hombre alto y un niño de unos 12, 13 años.
(Yo).-Es él.
(Padre).- ¿Estás segura? .-dijo mientras comprobaba el nombre en la carta, como si allí estuviera la respuesta.
Asentí con la cabeza y nos acercamos muy despacio.
-Perdone! Oiga señor..
No reaccionaban ante nuestras palabras así que nos pusimos delante cortándoles el paso. Le enseñamos la carta al hombre como si de una foto se tratase, diciéndole en pseudo-francés que buscábamos a ese muchacho y que estábamos seguros de que era su acompañante. Por fin, el hombre enfocó la mirada y se paró. Ceporrillo siguió con la mirada perdida sin modificar su velocidad al caminar. Como si aquello no fuera con él. No recuerdo la cara del hombre, solo recuerdo que se alteró un poco al leer el nombre que estaba escrito en la carta, y después de un par de minutos esperando unas palabras de su boca nos sorprendió con un:
-Loco.
Mi padre y yo nos echamos una mirada en la que se leía: “Este hombre es idiota o no ha entendido nada de lo que hemos dicho”. Así que optamos por la segunda opción y se lo volvimos a intentar explicar de nuevo (estoy pensando que posiblemente habría sido más fácil preguntarle directamente al muchacho, pero no sé, cosas del directo). El hombre volvió a responder con lo mismo pero esta vez más alterado, nos retiró la mirada y empezó a caminar rápido en dirección contraria a donde iba Ceporrillo mientras repetía entre dientes una y otra vez la respuesta. Pasamos del hombre y nos fuimos a por el chico el cual ya apenas se veía. Cuando quedaban menos de 3 metros para llegar a él, apareció gente de todo el mundo en la que cualquier persona puede perderse. (Como en las pelis de persecuciones, que siempre aparece mucha gente en los momentos más oportunos, ya sabéis). Nos cagamos en toda su familia mil veces, y poco más.
De repente yo estaba con mi madre, subíamos unas escaleras casi de 6 en 6 para llegar a un sitio en el que habría una farmacia. Y al subir allí estaba, cruzando la calle.
-Mira mamá, ¡ahí está!
-¿Dónde?¿Eso? Eso es una inmobiliaria.
(y ciertamente lo era)
No, espera. Estábamos en un metro. Un metro en el que había que pagar para salir. (mis sueños son así, estás en un sitio y al volver a mirar es todo completamente distinto). Y nosotras queríamos salir. Las de los tickets eran inútiles. Dos. Una la típica cotilla, rubia tontita .Teléfono en hombro-oreja mientras se lima las uñas y le cuenta la última de su nuevo “churri” a su amiga la Vane. La otra, la pobre pringadilla amargada, que tiene que ganarse un dinerillo y no le queda otra que aguantar a la amiga de La Vane. Mi madre y yo desesperadas por salir. Las dos pedorras empiezan a discutir. Nos ignoran. No somos nada, nada, nada…Y me encuentro sola corriendo hacia el portal de mi casa. (Siempre que tengo pesadillas y sueño con mi casa, entro al portal llegando por el mismo sitio, por el cual en la vida real nunca voy). Nada raro en el portal, el mismo de siempre. Pero entran dos hombres con pintas extrañas a la vez. Como hay dos ascensores y cada hombre se mete en uno, descarto al misterioso tipo de la gabardina color beige y me decanto por el de pelo engominado y cara de loco psicópata (repito, cosas del directo). Le da al 3, yo decido no pulsar mi piso para que él no lo sepa. Tuvimos una conversación normal típica de ascensor (hablamos del tiempo), si no tenemos en cuenta su sonrisa de loco y su mano agarrado fuertemente mi brazo desde no sé qué momento. Se abre la puerta del ascensor y estamos en una azotea. Al parecer el 3º es una azotea y además tiene bar. Yo, sin pensármelo le doy al 9 (porque al parecer ahora vivo en el 9). Doy gracias a Dios porque ese loco no pasara de loco. De repente el ascensor se convierte en globo. Yo miro al hombre mientras sigo dando gracias a Dios. El hombre me mira, me mira con cara de más loco aun. Me mira y me grita cosas que no entiendo. Mientras grita cada vez con más furia gesticula y yo me muero de miedo. Cada vez le veo menos, el globo ha cogido una altura considerable y creo que me he pasado de piso. Veo toda Zamora.
-Mierda, no sé como se dirigen los globos.
Algún gracioso debió leerme el pensamiento. No pasaron 5 segundos cuando aparecieron a mi lado dos pequeños cohetes que impactaron sobre mi globo, haciendo que éste descendiera (véase en cámara lenta todo)
Ahora estoy en mi habitación con una amiga. He salido ilesa de la caída. Le estoy contando toda la historia y lo único que atina a decir es:
-Es que los jóvenes de hoy en día…
A mi no me sorprende su respuesta. Aunque tampoco me da tiempo a reaccionar. Me despierto. Menos mal, todo ha sido un sueño. Me levanto y se lo cuento a mis padres.
Lloro como un bebé. Estoy agitada y nerviosa. No me gustan los medicamentos, ni las personas, ni los globos.
Ahora me despierto de verdad. Abro los ojos y cojo aire.
Odio soñar que tengo pesadillas.
viernes, 5 de junio de 2009
Delicatessen
Marc Caro con Jean-Pierre Jeunet
Definitivamente, el cine francés me vuelve loca
jueves, 4 de junio de 2009
miércoles, 3 de junio de 2009
lunes, 1 de junio de 2009
Neon Bible
Nueve si no cuento mal con sus respectivos instrumentos en el eleveitor'!
Curiosa la percusión que se montan.
domingo, 31 de mayo de 2009
Imagínatelo
-Tío, pásame el vino!.
-Joder, Jorge ostia, mira que siempre te las coges cojonudas!
-Está buena eh? Se llama…-Enfoca la vista hacia la chica de la camiseta verde-…Marta, sí. Tiene cara de llamarse Marta. ¡Anda! ¡Y su hermana también! ¡No sabía que tenía hermana! Joder, su hermana sí que está buena,¿ no?
-Ahí solo hay una chica y sí, está buena, pero te hablo de la que llevas encima.
-¿A quién llevo encima, tío?
-Vamos a la terraza, que como lo sueltes todo aquí dentro me lo limpias con la lengua.
-Espera, espera, espera..el vaso.
Esbozó una sonrisa de oreja a oreja mientras sus ojos no hacían otra cosa que confirmar lo evidente.
Al intentar apoyarse en la barandilla, Jorge dio varios pasos hacia atrás para poder mantener su cuerpo en posición vertical. Noa le agarró del brazo y le quitó el vaso de las manos mientras el otro hacía ademanes de subirse la cremallera del pantalón.
-¿Sabes? Me gustaría irme de aquí.
-¡Pero si esto acaba de empezar!
-No seas gilipollas. Digo de la ciudad. Me apetece salir, despejarme, desaparecer un poco ya sabes. Y volver algún día. O no.
-Maldita cremallera. ¡Ha desaparecido! Noa ayúdame no seas cabrón.
Noa obedece.
Jorge le mira como si hubiera hecho un truco de magia.
-Pues lo que te decía, que me quiero ir un poco lejos de aquí.
-¿Pero a dónde? ¿Y me vas a dejar aquí solo pringando? No me toques los huevos, tú te quedas aquí que tenemos que llevar a cabo nuestro plan: ¡Dominar el mundo! Y cuando ya sea nuestro arderá París!¿o Roma?-Pensó unos segundos.- Bueno qué más da, el caso es que tú no te vas.
-Me parece que el que se va eres tú.
La chica de la camiseta verde abordó a Jorge por detrás haciéndole tambalear.
-Como entréis en mi habitación te corto los huevos. La de mi padre está libre.
-Tranqui Noa, ¡que parece que no me conoces! Oye, por cierto, ¿el truco de la cremallera?
-Pregúntaselo a ella, que seguro que lo sabe.
Ya estaba solo, de nuevo, y en su propia casa llena de gente. Miró hacia el piso de enfrente. Contó las luces que había encendidas. Contó las apagadas. Se imaginó qué estaría pasando en cada una de ellas:
En la primera fila de arriba, la primera ventana encendida a la izquierda vivía un matrimonio de ancianos. Ella era una bonita mujer, siempre lo había sido. Seguía mirándose al espejo antes de acostarse mientras se cepillaba el pelo. Se llamaba guapa y se acostaba junto a su marido, una persona bastante agradable y conocida en el barrio por su sangre hiperactiva.
La segunda fila empezando por abajo, tercera ventana, apagada. Un matrimonio que se consideraba adinerado, o como él los llamaba: un “quiero y no puedo”. También bastante conocidos en el barrio. Ella por su prepotencia y soberbia. Él por sus trajes de “mírame pero no me toques”. Ambos por sus atrasos en los pagos de la comunidad. Un par de hipócritas que duermen en una misma cama sin rozarse.
Encendida: la familia feliz. Padre, madre, e hijos. Ah, y un perro. Cena familiar mientras se ven las noticias. Niños a la cama. Padres una peli.
Apagada. El loco del tercero. Siempre vive en el tercero.
Encendida. Universitarios montándose una fiesta descomunal
También encendida. Viuda golpeando el techo con la escoba para que se callen los de la fiesta.
Apagada. Y con la ventana abierta. Soltero. Una de cine erótico
Encendida. Pareja de casados con hijos emancipados. El marido en el trabajo. Otra de cine erótico.
Apagada con una pequeña lámpara de mesa encendida. La chica de enfrente. Vive con su gato. No la conocen en el barrio. Noa quiere conocerla.
Coge las llaves y sale de casa.
Cuando está a punto de tocar el telefonillo se lo piensa dos veces. ¿Y si no hay ninguna chica del quinto? Aprieta. Pregunta una voz suave.
Antes de contestar Noa sonríe. Decidido, se va lejos.