miércoles, 28 de julio de 2010

Fuerza centrífuga

Cuando uno se siente solo, es muy difícil encontrar tiempo a solas. Es curioso, pero no sé si es algo que depende de mí o más bien del mundo que da tantas vueltas que se pasa de rosca. Nos pasamos la vida inmersos en una contradicción generalizada. Cuando estamos rodeados de gente queremos independizarnos, y si estamos solos nos empeñamos en buscar un ser idealizado que, claro está, no existe. Nos evadimos con personas que nos recuerdan a ese ser "perfecto". Lo peor de todo es que si por una remota casualidad los planetas se alinearan y alguien encontrara a la persona que se supone perfecta, ya se encargaría el mundo de dar vueltas mucho más rápido para que la fuerza centrífuga lo mandara a tomar por el culo. Y no sólo eso, sino que además, la persona que ha salido volando no sale despedida del planeta; se queda estancada en algún lugar desconocido, lleno de seres vivos (si así se les puede llamar) también desconocidos , y debido a la estupidez humana, se pone a correr en el mismo sentido que gira la Tierra. Vamos, que de ahí uno no se mueve y sólo le queda esperar a que otro pobre desgraciado se lo encuentre y le centrifugue de nuevo. Una pena.


sábado, 3 de julio de 2010

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Es difícil pensar cuando se tiene demasiadas cosas en la cabeza. A veces me pasa, que tengo tantas y tanta necesidad de ordenarlas que me desespero y desisto. Y es cuando más ganas tengo de soltarlas y dejarlas por escrito, y menos ganas de explicarlas. Entonces llego a pensar que por qué esa necesidad de buscarle sentido a todo. No todo tiene sentido, pero supongo que buscarlo puede mantener tu mente ocupada mientras pierdes.

Pierdes tiempo, y oportunidades. Por cada sentimiento que intentas explicar se te escapan otros cinco, o seis. La cuestión es que se te va de las manos, y cuando te preguntas dónde estás, y quién eres no tienes respuestas, y sólo te queda encogerte de hombros, echar un último vistazo atrás y quedarte con las ganas.