martes, 11 de agosto de 2009

Valiente




Nunca antes había visto algo semejante. El brillo en sus ojos era tal que mirarlos durante unos segundos me cegaba. Tenía que parar a descansar y frotármelos, y aun así seguía viendo esa luz fija que queda después de mirar al sol. Que daña la retina. Aunque no sé si en realidad queda permanente entre el ojo y el párpado, o es más bien cosa del cerebro. No creo que fuese consciente de esto, pues no le importaba clavarte una mirada de vez en cuando. Como si los ojos no fueran suyos y los hubiera pedido prestados, ningún cargo de conciencia. Yo admito que en un principio me asusté y dudé en preguntar. Pero al darle vueltas al asunto llegué a la conclusión de que cualquier persona tenía derecho a sacar eso fuera de su cuerpo. Había tanta energía dentro que acabaría por estallar en un agujero negro. Y yo no quería tampoco eso. Así que me arriesgué y fui decidida: “¿Oye, estás bien? Hoy te brillan los ojos de una manera increíble. Nunca había visto algo así”. Se limitó a sonreír y encogerse de hombros. Valiente, pensé. Entonces me asusté aun más. Le vi dentro de mi cabeza y sospeché que habría sido un plan para fisgonear aquí dentro. Y aunque odio que curioseen en mi cerebro, yo a veces me dejo. Nunca olvidaré cómo miraba.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, me alegró verte por mi casa. Tus historias de yonkis con ojos con rayos x me gustan mucho. Rayos x porque podía ver dentro de tu cabeza, ¡el muy valiente!

Desilusionista dijo...

Eh, pues dile que no revuelva cosas eh?De todos modos...y a ti no te ha preguntado nadie?porque no hay más que ver tus ojos para saber que es necesario ser valiente si alguien quiere aguantarte la mirada...
*

Gaia Moridin dijo...

Me encanta la foto, es... extraña, además de que le viene genial al texto. Un ojo increíble.