viernes, 26 de junio de 2009

*

Fuiste la primera persona especial que llegó a mi vida. Debo admitir que me cambiaste por completo y me duele un poco pensar en todo aquello que como digo parecía especial. Me acuerdo de que estabas enamorado de Amy. ¿Y quién no? Era una persona curiosa de pies a cabeza. Tenía un vestido blanco con lunares negros, se los contaste y decidiste que sería el número total de momentos en los que ella te había marcado de alguna forma. Eran ciento cincuenta y muchos. Tú no tenías vestido de lunares así que nunca pude saber el número de momentos especiales. Me pillaste con tus textos, tus tic-tac, los nunca-jamás, cuando metiste tu mano en su boca y le sacaste el corazón, que todavía latía, piruletas, me sorprendía tu imaginación. Solo te vi una vez. Tú me pediste un beso y yo cómo no iba a dártelo. Estaba enamorada de tu cabecita. Seguramente pienso que fue un error, que no debería haber pasado. Que a cada persona sólo hay que conocerla hasta cierto punto, y si pasas de ahí la relación se deteriora.
Pero Peter, aun me queda un bono, y si aún no ha caducado, te pido que vuelvas.


´

No hay comentarios: