miércoles, 12 de agosto de 2009
Obsesion
La idea te asalta una y otra vez produciéndote ansiedad. Es como un martillo intentando clavar una punta. Los golpes resuenan en tu cabeza una y otra vez hasta tal punto que llega a ser un ruido continuo, infinito. Acaba siendo doloroso y ensordecedor. Pero a diferencia de lo del martillo, lo que tú tienes en la cabeza nadie más lo escucha.
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6 comentarios:
que razon tienes...
No, si el verdadero problema es cuando el ruido de dentro se escucha. Mientras se quede dentro...
Aunque a lo mejor tambien es bueno que se escuche, que problematico..
Conozco la sensación. Y jode, añado.
Ahora imagina esto: una pajita que puedes clavarte en la cabeza. Te la clavas, y todo eso empieza a salir, en forma de aceite pringoso con tropezones. Tras un rato así, empieza a salir agua, limpia y clarita.
Y ya está, todo ha quedado limpio.
¿Invento bueno o no?
Duela o no, parece interesante
Jesús, hola =).supongo que si no se escucha es porque en realidad uno no quiere que se escuche. O al menos no está dispuesto a facilitarselo a nadie.
Desi, en realidad tampoco creo que sea malo si se escuchara. De hecho, siempre hay ruido interfiriendo, así que si es algo tan normal..
Ciberseso, me gusta tu forma de resolver los problemas. El caso es que de momento solo puedo imaginarmelo =P
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