Demasiado es peor que eso. Es despertarte por las mañanas sin ganas de quedarte otro rato más. O tocar el hielo y notar que quema. Es llegar a la cima del monte más alto sin ganas de lanzar un grito de victoria. Sin aliento para lanzar un grito de victoria. Es tocar música sin sentirla, llorar sin que duela. Correr detrás y no alcanzarlo. Hablar sin escuchar. Saber y no aceptar. Es verte un lunes y dejar de hacerlo el martes. O estar un poco loco y ocultarlo. Demasiado es peor que vivir sin tener ni una pizca de miedo.
domingo, 31 de enero de 2010
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4 comentarios:
Y lo mejor es que ya sabes...nunca es demasiado.
=)
es lo unico bueno que tiene ;)
completamente de acuerdo por aquí. muy interesante blog! un beso ;)
Yo añado que el temazo es Dios
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