
viernes, 30 de octubre de 2009
My little friend

jueves, 29 de octubre de 2009
viernes, 23 de octubre de 2009
La señora Clara
Ese día la conocí y nada más verla decidí que no la dejaría morir nunca. Me conquistó con su risa de ancianita feliz, y eso que si en una risa incluímos dientes, ella solo utilizaba media. Creo que yo también le gusté, pues nada más verme me guiñó un ojo y sin que nadie la viera sacó de su bolsillo un puñado de caramelos y me los metió en el bolso de la chaqueta. Pensé que esa debía de ser la causa de su dentadura incompleta. Estuve toda la tarde jugando con ella. A juzgar por su aspecto me doblaba infinitas veces la edad, pero era incluso mejor que estar con mi amiga Cora de mi misma edad. Me enseñó un montón de juegos de manos. También aprendí a jugar a las cartas, a las tabas y a lanzar la peonza. Me hice amiga de sus tres gatos sin nombre y de su pez, que tenía un nombre cada 5 segundos porque decía que así alguna vez acertaría, y seguramente a él no le iba a crear un problema de personalidad ya que cada 5 segundos su memoria se borraba. Me enseñó su casa. Era una casa antigua y poco recargada, pero muy acogedora, seguramente tuviendo algo que ver con la estancia de Clara. Me llamó la atención esta foto. Estaba tirada en la alfombra de los pies de la cama y no pude por menos que cogerla en un momento de despiste. ¿Ves? Esa misma sonrisa es la que me enseñó Clara nada más verla.
La tarde se me pasó volando y llegó la hora de irnos. Sin que nadie me viera saqué un bombón y se lo metí en el bolso, le guiñé un ojo y me fui al coche con mis padres. Entonces fue cuando les pregunté que de qué se moría y me sorprendió que tuviera problemas con el corazón. Se atiborraba a dulces, la glucosa por las nubes.
Pasaron dos días y la señora Clara dejó de respirar.
Seguimos siendo amigas. De vez en cuando aparece en mi cabeza y me repite al oído un par de frases que me recuerdan su vitalidad. También me da las gracias por el bombón, creo que quería morir de sobredosis. Hay personas que nunca se van, Mario, y la señora Clara es una de ellas.
miércoles, 21 de octubre de 2009
domingo, 18 de octubre de 2009
Man of a thousand faces
"He used to go to his favorite bookstores
And rip out his favorite pages
And stuff them into his breast pocket
And the moon to him was a stranger
Now he sits down at the table
Right next to the window
And begins his quiet ascension
Without anyone's sturdy instruction
To a place of no religion
Has found a path to our alikeness
And eats a small lump of sugar
And smiles at the moon like he knows her"
Regina Spektor_Man of a thousand faces
miércoles, 14 de octubre de 2009
Après Moi
"Teme a los pobres.
Heredarán tus piernas.
Teme a los viejos.
Heredarán vuestras almas.
Teme a los fríos.
Heredarán tu sangre.
Después de mí, que se las arreglen.
Después de mí, llega la riada.
Febrero. Saca tu pluma, derrama tus lágrimas.
Escribe sobre ello, que tu corazón solloce, canta,
mientras la nieve torrencial ruge,
fundida en la oscuridad de la primavera."
lunes, 12 de octubre de 2009
Planes (pre)meditados
¿Recuerdas la última vez que estuviste aquí? Te comenté el plan que tenía sin que lo hubiese premeditado. Me preguntaste si tú podrías hacer algo llegada la hora y te dije que no. Ahora creo que está empezando y pienso que estaba equivocada. A veces me doy asco analizando cada cosa, siempre he sido un poco psicópata, pero me da miedo darle tanta importancia a algo que es y a la vez no es. ¿Entiendes? ¿Tú lo haces a escondidas? ¿O no analizas, simplemente recibes lo que viene y aceptas? Te diría que no sé lo que tienes en la cabeza, pero ya te lo han dicho demasiadas veces.
Declaraciones sin importancia

lunes, 5 de octubre de 2009
And everybody hurts
Él también saltaba en los charcos cuando era un crío. Y su madre también le regañaba cuando llegaba a casa lleno de barro. Pero merecía la pena hacer volar todas esas gotas de agua estancadas. Seguro que estaban aburridas después de tanta adrenalina concentrada durante la caída. Se preguntaba si eso era que el cielo también llora. Llora, se cabrea, y ruge; y también gime. Y tiene días raros, y también espléndidos. Y brilla, y cuando está feliz lo delatan las nubes. Pero por qué, si va por libre. No tiene papás que le regañen, y no le gustan las niñas, y tampoco los niños. Ni queja de la comida, porque no come. Y duerme, claro, pero solo cuando le dejamos. Seguramente haya aprendido de nosotros, que lleva millones de años observándonos.
Claro que duele. A todo el mundo le duele de vez en cuando.